Por: Redacción
22 de Nov, 2025   12:50 pm

Newcastle y Manchester City ofrecieron un partido lleno de ocasiones desperdiciadas, intensidad constante y un tramo decisivo que alteró por completo el rumbo del encuentro, el cual, terminó con triunfo para Las Urracas por 2-1.

Ambos equipos comenzaron generando opciones claras desde los primeros minutos: Haaland, Foden y Cherki fallaron remates que normalmente terminan en la red, mientras que Barnes y Woltemade obligaron a Donnarumma a intervenir para sostener el cero. El primer tiempo se volvió un catálogo de aproximaciones y errores en la definición, con un 0-0 que no reflejó el caudal ofensivo.

El arranque del complemento mantuvo la misma tendencia. Newcastle encontró espacios en transiciones y City respondió mediante centros para Haaland, que tuvo un cabezazo detenido a la escuadra. El partido parecía encaminado a definirse por detalles, hasta que una ráfaga cambió todo entre el minuto 63 y el 70. Ahí apareció Harvey Barnes, el futbolista que terminó por inclinar un juego que había sido parejo, errático y tenso.

Al 63’, Newcastle rompió el empate con un disparo raso de Barnes desde fuera del área tras una asistencia de Bruno Guimaraes. El golpe activó al City, que respondió de inmediato y encontró el empate cinco minutos después: Rúben Dias aprovechó un rebote tras un tiro de esquina y puso el 1-1 para mantener a los visitantes en la pelea. Parecía que la reacción celeste retomaría el control del partido, pero apenas segundos después comenzó el desenlace.

Newcastle lanzó un doble intento tras un córner: Woltemade falló de cabeza y Bruno Guimaraes mandó otro remate al larguero. En el tercer esfuerzo de esa jugada, Barnes apareció de nuevo, esta vez cerca del arco, para empujar el balón y firmar su doblete al 70’. Su oportunismo y lectura del rebote sellaron un tramo frenético que dejó sin respuesta al City.

El cierre fue un intercambio de intentos sin la misma claridad. City movió su banca con Bobb, Savinho, Reijnders y Marmoush, pero Newcastle sostuvo la ventaja con orden y oportunismo. Incluso cuando Savinho y Haaland intentaron girar el marcador, Schär y Senesi cerraron líneas. Los cambios de Howe también fueron decisivos para administrar el ritmo y asegurar un triunfo que parecía improbable hasta la explosión de Barnes. El 2-1 final premió la eficacia en el momento clave y dejó al City lamentando un rosario de fallas que condicionaron su visita a St. James’ Park.