Por: Redacción
5 de Oct, 2025   7:50 pm

En una noche donde nadie apostaba por ellos, los New England Patriots dieron la campanada al vencer 23-20 a los Buffalo Bills en su propia casa, en un duelo que parecía destinado a confirmar el dominio de Josh Allen y compañía.

Pero el equipo dirigido por Mike Vrabel resistió, luchó cada yarda, y encontró en el novato Drake Maye y en el motivado Stefon Diggs a sus grandes héroes para firmar una victoria que sacude el Este de la Conferencia Americana.

El partido comenzó con tensión desde la primera serie. Maye encontró a Diggs, que ahora viste el uniforme de los Patriots, pero la defensiva de Buffalo reaccionó con fuerza, provocando una captura sobre el quraterback y frenando cualquier intento de avance.

Fue un inicio errático para ambos lados, con balones sueltos y castigos que marcaron el ritmo de la primera mitad. Ni Allen ni Maye encontraban ritmo, y al descanso el marcador reflejaba esa desconexión.

La segunda mitad arrancó con una aparente recuperación de los Bills. Allen finalmente comandó una serie sostenida y encontró a Curtis Samuel para poner el 10-6 a favor de Buffalo. Pero si alguien pensaba que ese sería el inicio de la escapada local, no contaba con la respuesta inmediata de Maye y, sobre todo, del hombre más observado de la noche: Stefon Diggs.

Diggs, enfrentando a su exequipo por primera vez desde su sorpresiva salida, jugó como si tuviera algo personal que demostrar. Cada recepción suya parecía tener un mensaje implícito. Fue clave en la serie que terminó con Rhamondre Stevenson empatando el partido, y volvió a ser determinante con una atrapada de 40 yardas que dejó a los Patriots en zona roja para otro touchdown terrestre de Stevenson. En total, Diggs finalizó con 134 yardas en 9 recepciones, en una actuación que dejó mudo al público de Highmark Stadium.

Pero los Bills no se rindieron. Aprovecharon una penalización costosa de New England para acercarse en el marcador con un touchdown de Keon Coleman. Y más tarde, con un Josh Allen escapando milagrosamente de la presión y extendiendo jugadas imposibles, Buffalo empató con un gol de campo de Matt Prater a falta de poco más de un minuto.

Todo indicaba que el partido se iría a tiempo extra. Pero entonces, emergió la figura de Drake Maye, que mostró madurez y temple impropio de un novato. En una serie final memorable, soportó la presión física, literalmente, un defensivo colgando de su pierna, para lanzar un pase completo a Diggs, y luego colocó el balón en las manos de Kayshon Boutte al filo de la banda. Esa acción permitió que Andy Borregales, otro novato, entrara para clavar un gol de campo de 52 yardas que silenció al estadio con solo 20 segundos en el reloj.

Con ese gol de campo, los Patriots cerraron una de las mayores sorpresas de la temporada, dejando claro que este joven equipo puede competir incluso ante rivales de peso como Buffalo.

Drake Maye firmó su primera gran noche como mariscal titular, Diggs cobró su revancha personal, y la defensa resistió cuando más lo necesitaban. Una victoria inesperada, trabajada y que podría marcar un punto de inflexión en el futuro inmediato de New England.