Por: Redacción
24 de Jul, 2025   10:26 am

A un día de iniciar el Gran Premio de Bélgica, Max Verstappen rompió el silencio ante los medios para hablar sobre el momento actual de Red Bull tras la salida de Christian Horner y la llegada de Laurent Mekies como nuevo director del equipo.

El tricampeón mundial ofreció una serie de reflexiones claras y maduras sobre el presente y futuro de la escudería, dejando claro que sigue comprometido con el proyecto, aunque consciente de los retos que atraviesan.

Verstappen considera que las diferencias internas no son señal de crisis, sino de una estructura saludable donde conviven ideas distintas. “No, no realmente. Creo que las personas pueden tener diferencias de opinión de vez en cuando, y de hecho espero que eso ocurra, porque si todos están siempre de acuerdo, entonces hay un problema. Necesitás puntos de vista distintos”.

El piloto neerlandés aclaró que su continuidad no depende de Horner, sino del rendimiento del monoplaza y los retos por venir. “No creo que eso influya en absoluto en mi decisión a futuro. Lo único que importa es trabajar en el coche y hacerlo lo más rápido posible. El último año y medio no ha sido como queremos. Ahora tratamos de ser un poco más competitivos este año, pero también con la vista puesta en el nuevo reglamento”.

Verstappen revela que fue informado por los accionistas antes del anuncio oficial, lo cual considera un gesto de respeto. “Medio día antes, los accionistas me lo dijeron. Tengo una buena relación con ellos, así que creo que es bastante normal que informen a algunas personas del equipo antes de que se haga público”. Señala que hubo una conversación madura tras el anuncio y evita entrar en detalles. “Al final del día, creo que en este mundo pueden pasar cosas así. Y cuando me lo dijeron no fue que cortaron la llamada, tuvimos una conversación al respecto. No necesito entrar en detalles sobre lo que dijeron”.

Acepta el cambio como una decisión de los líderes del equipo y se ubica en su papel dentro de la estructura. “La dirección y los accionistas decidieron que querían un cambio, y al final del día ellos manejan el equipo y yo soy el piloto, así que lo que decidan es totalmente su derecho. Básicamente así fue como ocurrió”.

El neerlandés valora el legado de Horner, pero entiende que la directiva haya decidido tomar un nuevo rumbo. “Al mismo tiempo, uno mira atrás y ve esos 20 años de Red Bull, con muchos grandes momentos y resultados. Naturalmente también hubo años en los que las cosas no fueron tan bien, y creo que el último año y medio no fue como nos hubiese gustado. La dirección probablemente decidió tomar otro rumbo, y todos los demás tenemos que aceptar eso y mirar hacia adelante”.

A pesar de su salida, Verstappen afirma que Christian sigue siendo parte cercana de su entorno. “Estoy entusiasmado con el futuro del equipo, porque es lo que debemos hacer. Mirar hacia atrás no tiene sentido. Pero al mismo tiempo, uno valora esos 20 años. La relación entre Christian y yo, por ejemplo, no cambia. Por supuesto que ahora no está presente durante los fines de semana de carrera, pero sigue siendo como una segunda familia para mí”.

Verstappen destaca el trabajo inicial con el nuevo director, aunque reconoce que los cambios llevan tiempo. “Por supuesto, ya tuve algunas reuniones con él. No puedo decir que en dos semanas y sin acción en pista todo haya cambiado o mejorado de golpe, pero estamos intentando mejorar, y ha estado bien”. Asimismo, Max elogia el carácter y experiencia de Mekies, y resalta su pasión y motivación como cualidades clave. “Ante todo, es una gran persona, muy inteligente. Ha estado en diferentes áreas del paddock de la F1, y creo que eso puede ser útil. Está increíblemente motivado, y eso me gusta. Se le nota el fuego interno”.