Por:
Redacción
6 de Sep, 2025
2:04 pm
Dos finales perdidas y una dura eliminación en semifinales. Hasta ahora, la historia de Aryna Sabalenka en los Grand Slams de 2025 había sido una de frustraciones y tropiezos en los momentos clave. Pero en Flushing Meadows la racha llegó a su fin. La número uno del mundo superó a Amanda Anisimova con parciales de 6-3 y 7-6(3) para levantar el título del US Open y convertirse en la primera bicampeona del torneo desde Serena Williams en 2014.
La victoria sobre la estadounidense tuvo un sabor especial de revancha. Después de caer en las finales de Australia y Roland Garros, Sabalenka llegó a Wimbledon como gran candidata a conquistar su primer Major de la temporada, pero Anisimova la sorprendió en semifinales, y la venció por sexta vez en su carrera. Esta vez, en Nueva York, la bielorrusa no permitió que los fantasmas del pasado volvieran a aparecer y cerró el campeonato en menos de dos horas.
El camino hacia el cuarto Major de su carrera no resultó sencillo. Desde el primer game, el duelo se convirtió en un choque intenso entre dos jugadoras que basan su juego en la potencia y la agresividad. Cada intercambio fue una batalla de fuerza y precisión, con golpes profundos que buscaban pintar las líneas de la pista. En su primer turno de servicio, Sabalenka tuvo que levantar tres oportunidades de quiebre, y tras resistir esa presión inicial consiguió tomar la iniciativa al romper de inmediato para adelantarse 2-0.
Con la desventaja en el marcador, Anisimova sacó su mejor versión y, apoyada por la afición, logró reequilibrar el encuentro. La finalista de Wimbledon aumentó la presión sobre su rival y empató el parcial, mientras Sabalenka comenzaba a hundirse. Sin embargo, no permitió que esa desconexión la arrastrara como ocurrió en el All England Club. La bielorrusa se recompuso y con tenacidad recuperó el break para quedarse con la primera manga por 6-3.
La clave estuvo en alargar los puntos y esperar los errores de su rival. Esa estrategia terminó funcionando para Sabalenka, que aunque permitió a Anisimova sumar más tiros ganadores (13-3), logró inclinar el set a su favor gracias al control en los intercambios largos y a un claro dominio en el rubro de errores no forzados (15-4).
En el segundo set, Sabalenka reafirmó por qué es la número uno del mundo. Su servicio fue la herramienta decisiva: metió ocho de sus primeros nueve primeros saques y ganó el 88% de los puntos. Además, mostró solidez en la red y un control absoluto de los puntos. Anisimova, en contraste, apenas alcanzó un 58% de efectividad con el primer servicio y cometió dos dobles faltas que facilitaron que la bielorrusa se pusiera 3-1.
Pero la estadounidense nunca bajo los brazos. Tras otro intercambio de breaks, Sabalenka tuvo la oportunidad de sacar por el partido con ventaja de 5-4. Ahí, la estadounidense aumentó las revoluciones y aprovechó un error clave de su oponente. Con posibilidad de sumar su primer match point, falló un smash en la red que le dio una segunda vida a su rival y le permitió poner el 5-5.
El set terminó definiéndose en una muerte súbita, y en esta instancia nadie brilla más que la puntera del ranking. Con marca de 20-1 en tiebreaks esta temporada y una racha de 18 consecutivos, de cara al partido en Arthur Ashe, impuso condiciones y finalmente selló la ansiada victoria con un dominante 7-3.
El triunfo en el Arthur Ashe consolida a la número 1 del mundo como la reina de la pista dura. De los últimos cinco Grand Slams sobre la superficie, Sabalenka ha ganado cuatro: dos en Melbourne y dos en Nueva York que la colocan empatada con Naomi Osaka, como las jugadoras en activo con más campeonatos de Major.
Con el ímpetu de la victoria, Sabalenka buscará extender su ventaja en la cima del ranking WTA antes del cierre de temporada. En los próximos meses, la gira WTA viajará a Asia, donde jugará el WTA 1000 de China y defenderá su corona en Wuhan, antes de disputar las Finales, un torneo que la bielorrusa aún no tiene en su palmarés.
Por su parte, Anisimova cierra una campaña admirable de consolidación, incluso sin títulos de Grand Slam. Hace apenas dos años se encontraba en el puesto 357 del ranking, después de decidir apartarse del circuito para priorizar su salud mental. Ese periodo de pausa, lejos de significar un retroceso, le permitió recomponerse, reencontrarse con la pasión por el deporte y regresar con mayor estabilidad dentro y fuera de la cancha.
El resultado está a la vista: disputó de manera consecutiva sus dos primeras finales de Grand Slam, conquistó su primer título de WTA 1000 en Doha y alcanzó la mejor posición de su carrera en el ranking. Este lunes debutará como número cuatro del mundo, con un salto de cinco lugares que la coloca por encima de tenistas de peso como Mirra Andreeva, Madison Keys y Jessica Pegula.
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