Por: Redacción
27 de Ago, 2025   1:16 pm

Con la Serie Final de la Liga Estatal de Beisbol al rojo vivo, tanto los Indios de Ciudad Juárez como los Dorados de Chihuahua han decidido no moverle al libreto y apostarán por los mismos abridores que se enfrentaron la semana pasada, en busca de dar el golpe decisivo rumbo al campeonato.

El manager de los Indios, Pablo González, confirmó que el jueves en el Juego 3 la tribu confiará en su carta fuerte, el sonorense Damián Mendoza, quien viene de firmar una actuación memorable: 14 ponches y blanqueada de 1-0 sobre los capitalinos. Mendoza llega con la etiqueta de intratable y será clave para que los fronterizos intenten tomar ventaja en casa.

Para el Juego 4, programado el viernes, el turno será para Enrique Castillo, quien buscará sacudirse la mala salida del fin de semana pasado, cuando en la segunda entrada permitió cinco carreras que pesaron en la derrota juarense. El manager confía en que Castillo recupere su mejor versión y logre contener la ofensiva dorada.

En tanto, para el Juego 6 del sábado, González tiene contemplado a Axel Sauceda, siempre y cuando no sea requerido como relevo en los encuentros previos.

Del otro lado, los Dorados también repetirán rotación. Su timonel, César Nieves, adelantó que el jueves abrirá Gabriel Ponce, mientras que el viernes subirá a la loma Sergio Rodríguez, el joven de 20 años que sorprendió en el segundo duelo de la serie al lanzar siete entradas impecables, sin admitir carrera y con solo dos hits tolerados.

Las estadísticas reflejan lo cerrada que ha sido la batalla desde el montículo. Entre Mendoza, Ponce y Rodríguez han permitido apenas una carrera limpia en 20 entradas y un tercio, demostrando por qué el pitcheo está marcando el rumbo de esta final.

En el Juego 1, Mendoza y Ponce se trenzaron en un duelo de poder con 13 entradas sin permitir carrera, hasta que el dorado cedió la única anotación del partido. En el Juego 2, Rodríguez debutó en finales con autoridad, colgando siete ceros a los Indios.

La mesa está servida para que los brazos de ambos equipos definan el destino del campeonato, en una serie que se perfila para escribirse en letras grandes dentro de la historia del beisbol estatal.